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¿Te gustaría mejorar tu bienestar?

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    Aquí te comparto 7 acciones sencillas que mejoraron mucho mi vida desde que empecé a practicarlas:

    1.- Agradece cada día

    Cada día al despertar piensa en 3 cosas que agradeces de tu vida

    No tienen que ser grandes cosas, pueden ser cosas “sencillas” en las que casi ni reparas en tu día a día. Por ejemplo, “agradezco abrir el grifo y tener agua para darme una ducha”. Y es que no solemos valorar una acción tan rutinaria, hasta que nos falta. ¿Te ha pasado que te has ido de viaje y has deseado una buena ducha? ¿O quizás, sin salir de casa, un día abres el grifo y descubres que hay una avería y hasta dentro de varias horas no tendrás agua?

    2.- Escribe cada día.

    Una buena técnica es escribir durante 15 minutos todo lo que se te pase por la cabeza, sin pensar.

    No me refiero a un diario, no, no. Esto es más bien un “vaciado”, escribir sin pensar, sin pararse a hacer frases coherentes, sin necesidad de llegar a grandes reflexiones y conclusiones. Qué va. Esto trata de simplemente soltar la mano y escribir, escribir y escribir. Sacar de tu cabeza todos esos pensamientos que te rondan, que se repiten cada 5 segundos, que estorban, que no te permiten parar la cabeza, que generan demasiado ruido. Te aconsejo que lo pruebes durante una semana y estés atenta a cómo te sientes, a los cambios que se dan en tu día a día. Te aseguro, porque lo practico y lo aconsejo mucho, que la herramienta es sencilla y los cambios espectaculares.

    3.- Respira de forma consciente.

    Al menos durante 1 minuto (lo puedes repetir todas las veces que quieras a lo largo del día).

    Seguro que el primer pensamiento que surge en tu cabeza es “si ya lo hago, sino me muero”. La pregunta es: ¿cuánto tiempo respiras concentrada en tu respiración? ¿Te has dado cuenta de que podemos estar varios días sin comer ni beber, pero apenas unos minutos sin respirar? Esta propuesta consiste en: apoyar los pies en el suelo, sentarnos con la espalda estirada, poner nuestra mano derecha debajo del ombligo, nuestra mano izquierda en el corazón, inspirar contando hasta 4, retener contando hasta 4 y soltar contando hasta 8.

    Repetirlo durante 1 minuto, concentrándonos en cómo el aire entra en nuestro cuerpo, cómo se hincha nuestra barriga, qué sentimos, qué pensamientos nos vienen a ver, y cómo nos sentimos cuando el aire va saliendo poco a poco y nos vamos vaciando.

    4.- Rodéate de personas positivas y auténticas.

    Elimina o al menos reduce la crítica de tu vida (ni la practiques ni la “permitas” en tu entorno).

    ¿Alguna vez has tomado conciencia de la cantidad de críticas que nos rodean? Te propongo el siguiente ejercicio: durante una semana intenta decir algo positivo a cada persona con la que te encuentres y hables. Puede ser la cajera del supermercado, una amiga, un familiar… sea quien sea, tienes que buscar algo positivo para decirle. Me encantará saber cómo te ha ido.

    5.- Elige qué información consumes.

    Personalmente practico la “dieta informativa”, que consiste en decidir qué leo, qué escucho, qué dejo que entre en mi mente.

    Esta práctica la empecé hace ya tiempo. Cuando lo comento me dan respuestas como: yo solo veo el telediario para saber qué ocurre en el mundo, hay que estar informado, no estamos aquí solos… Lo que sigue a estas reflexiones siempre son comentarios negativos sobre los políticos, la subida de los precios, los conflictos… Entonces pregunto: ¿eres capaz de compartirme una noticia positiva que esté ocurriendo hoy en el mundo? Propuesta: si quieres seguir viendo el telediario está bien y, además, llena tu cabeza con cosas positivas e inspiradoras. Busca proyectos que se estén desarrollando que aporten bienestar a la comunidad. Lee sobre temas inspiradores, propuestas que te permitan soñar con algo mejor. Si ponemos foco solo en lo negativo eso es lo que tendremos. Si ponemos foco en lo positivo es más posible que lo consigamos.

    6.- Aprende de personas que te inspiren.

    Personas que dejaron huella en la humanidad, o personas de tu entorno a quienes admires por algún motivo.

    Me encanta ver películas basadas en hechos reales, de personas que han sido capaces de superar las dificultades y crecer en la adversidad. Me ofrecen esperanza y me refuerzan la gran capacidad de superación que tenemos las personas. También puedes leer biografías. Buscar la historia de la persona que ha creado esa marca que te encanta. Cómo empezó, con qué obstáculos se encontró, cómo los superó. Te aseguro que puedes aprender mucho, darte cuenta de que todos pasamos dificultades, la diferencia es la actitud con la que enfrentamos los retos, qué hacemos con las piedras del camino.

    7.- Practica ser amable y ofrecer una sonrisa a la gente que te rodea.

    Desde las personas más cercanas hasta aquellas que se cruzan contigo de forma puntual: la persona que está delante de ti en la cola para pagar, el conductor del autobús, la panadera… Si te pones las gafas de ofrecer una sonrisa y qué acción puede mejorar la vida del que me cruzo la ganancia personal es mucho mayor de lo que ofreces.

    ¿Te animas a practicar alguna o todas estas acciones?

    Me encantará saber cómo te va, si te encuentras alguna dificultad, si te resulta fácil, alguna anécdota que te surja… Si te apetece escríbeme, estaré feliz de leerte.

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