Me quedo con esta frase de Marta Ligioiz, la neurocientífica que nos acompañó ayer en el Postgrado de Educación Emocional y Bienestar. Ella es una experta, no solo en su materia, sino también en explicar de manera muy sencilla y participativa, cómo funciona todo el entresijo de las neuronas, hormonas, cerebro… que a veces nos parece tan difícil de descifrar.
De lo mucho que aprendí, una vez más con ella, me quedó resonando esta frase porque me parece mucho más amable que “si quieres puedes”.
“No es que no se pueda, es que no sabemos cómo se hace”
Más amable y quizás más real. Porque a veces puedes querer mucho algo y, sin embargo, no tener o no encajar todas las piezas, o no es el momento adecuado o el entorno no está todavía preparado… Esta frase me da esperanza, me transmite que si quiero algo me anime a ir hacia ello, y que quizás no lo consigo en este momento, aunque si sigo poniendo foco y mi intención es más probable que en algún momento descubra el cómo y entonces sí lo consiga.
Así que, lo conecto con todo lo que estoy aprendiendo sobre emprendimiento: ponte objetivos, metas, y camina hacia ellas, aunque no desesperes, poco a poco, porque cada paso, al igual que cada comida, tiene su tiempo de cocción. Esto también pasa con los objetivos. Tú puedes querer mucho algo, y poner todo tu empeño en conseguirlo, y tienes que aprender a aceptar que cada objetivo requiere su tiempo, y su “mejor receta” para que el resultado sea el que te haga disfrutar.
Y también lo conecto con mi papel de madre. Todo tiene un tiempo. Y es importante tener claro hacia dónde caminamos, a dónde queremos llegar, cuáles son los valores que nos acompañan en la vida, esos imprescindibles para mí, esos a los que no quiero renunciar. Y así, desde la claridad y acompañadas de paciencia, fluir, disfrutar de las etapas de la vida. Porque algunas son más duras y otras más livianas, aunque todas necesarias.