Historias Reales que Nos Enseñan sobre el Bienestar Personal
A medida que avanzo en mi camino personal y profesional, me doy cuenta de cuántas situaciones he considerado “normales” que realmente no lo han sido. Las personas más sensibles a menudo enfrentamos un doble desafío: defender y ocupar nuestro lugar en el mundo.
Desde pequeñas, se nos guía sobre lo que podemos y no podemos hacer, conforme a las expectativas ajenas. Este condicionamiento puede llevarnos a olvidar nuestras propias necesidades, priorizando el bienestar de los demás.El despertar suele llegar cuando nuestro cuerpo nos da señales de que algo no está funcionando. La enfermedad o el cansancio nos obligan a reconsiderar nuestras creencias y a buscar nuevas perspectivas que también nos beneficien a nosotras mismas.
Hoy quiero compartir contigo algo muy especial: tres historias reales de personas que he tenido el privilegio de acompañar en su viaje para establecer límites saludables. Estas experiencias nos muestran lo poderoso que puede ser aprender a decir “no” y cuidar de nosotras mismas.
La Mamá Valiente
Conocí a una madre de una niña de 3 años que estaba luchando con los límites que otros imponían a su hija. ¿Les suena familiar? Decidió tomar las riendas y comenzó a tomar decisiones basadas en lo que ella y su pareja creían correcto, no en lo que los demás esperaban. Este proceso la llevó a enfrentar el agotador reto de establecer límites claros para proteger su espacio. Sí, fue agotador al principio, pero ¡qué liberador!
El Niño “Problemático”
Otra madre vino a mí preocupada por su hijo de 8 años, al que todos etiquetaban como “problemático”. Pero ¿saben qué? Al reflexionar juntas, se dio cuenta de que su hijo simplemente estaba defendiendo su espacio e ideas. Conectó con su propia herida y reconoció que su hijo mostraba una inteligencia notable al argumentar.
El Hermano Sacrificado
Por último, conocí a un hombre de 48 años que puso en pausa su propia recuperación para cuidar a su hermano con cáncer. A pesar de recibir un trato despectivo, seguía sacrificándose. Juntos trabajamos en cómo podía cuidar de su hermano sin perder de vista su propio bienestar, aprendiendo a establecer límites incluso en situaciones difíciles.
Estas historias reflejan la importancia de reconocer y respetar nuestros límites. Nos enseñan que establecer límites no es ser egoísta. Es un acto de amor propio que nos permite cuidar mejor de los demás y de nosotras mismas.
Aquí es donde la ecpatía cobra relevancia: nos permite mantener una conexión emocional saludable con los demás, sin perder de vista nuestras propias necesidades y límites. Al practicar ecpatía, podemos ofrecer un apoyo más genuino y equilibrado, cuidando de nosotras mismas mientras cuidamos de los demás.
- ¿Te identificas con alguna de estas situaciones?
- ¿Cómo manejas tus propios límites?
Recuerda, cuidarte a ti misma no es opcional, es necesario.
¿Qué pequeño paso puedes dar hoy para establecer un límite saludable en tu vida?

(y más cosas que voy a compartir contigo)